noviembre 11, 2015
Comunicado de prensa conjunto del World Forum of Fisher Peoples (WFFP) y el Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca (FMPTP)
Con la Iniciativa para la Pesca Costera (CFI en sus siglas en inglés), la FAO, el Banco Mundial y Conservación Internacional, entre otros, han puesto en marcha un programa de largo alcance con objeto de reformar las políticas pesqueras de todo el mundo. Durante un periodo de 4 años, se distribuirán un total de 235 millones de dólares entre distintos proyectos en varios países; incluyendo Latinoamérica, África y el Sudeste Asiático. Los responsables de la financiación del programa son el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM), algunos gobiernos, varias ONG, fundaciones e inversores del sector privado. La Iniciativa podría tener un impacto devastador para los pueblos pesqueros en pequeña escala en los países y regiones anteriormente mencionados y, además, quienes están tras esta Iniciativa esperan que sus reformas influyan también en la política pesquera a nivel mundial. Con este manifiesto, nosotros, como representantes de alrededor de 20 millones de pescadores, queremos expresar nuestra firme oposición a la Iniciativa para la Pesca Costera, puesto que contradice la aplicación de las Directrices Voluntarias para Asegurar la Pesca Sostenible en Pequeña Escala (Directrices PPE) aprobadas recientemente.
Un proceso descendente
El contenido del documento marco del programa de la Iniciativa ha sido elaborado por un grupo de personas procedentes de los organismos de aplicación y de la secretaría del FMAM. En dicho documento marco se aprecia claramente que el contenido de la Iniciativa se ha definido al detalle y que el trabajo que aún queda por hacer se reduce a completar el proceso descendente mediante la elaboración de varios borradores de planes de implementación en los seis países señalados. El documento marco, sin embargo, alaba la Iniciativa por haber dado lugar a “diversas reuniones de consulta desde el inicio del proceso de desarrollo”. No obstante, desde el primer día, la Iniciativa ha contradicho el principio fundamental de participación de las directrices PPE, que pone énfasis en que las comunidades de pesca en pequeña escala que se vean afectadas deberían formar parte del proceso de toma de decisiones antes de que éstas se hagan oficiales. En lugar de eso, debido a su versión de “consulta” (es decir, rellenar cuestionarios y participar en talleres) quedamos reducidos al nivel de otros “interesados”; a la par de los representantes del sector privado, académicos, etc. si bien nosotros representamos a las personas más afectadas por la Iniciativa. Cabe destacar, además, que esto está muy lejos de parecerse a lo que el director general de la FAO denominó “un proceso de desarrollo participativo de abajo hacia arriba” en relación con la Directrices PPE, en el que nosotros, como representantes de los titulares de los derechos (personas “de a pie”), fuimos designados como socio negociador formal. A este respecto, quisiéramos recordar al FMAM y sus seis organismos de aplicación, incluida la FAO, el destino de la Alianza Mundial a favor de los Océanos del Banco Mundial, que recibió duras críticas por nuestra parte en nuestro “Llamamiento a los gobiernos” entre otros motivos por la falta de una inclusión real de los representantes de los titulares de los derechos.
Acaparamiento de los océanos
Dicha falta de inclusión real es especialmente notable en el contenido de la Iniciativa. Si bien el documento destacada en varios puntos que la Iniciativa cumplirá objetivos medioambientales, sociales y económicos y que “asegurará el bienestar de las personas”; se aprecia claramente que el contenido específico de los programas para los países señalados se centra en la implementación de la Pesca Basada en Derechos. Tal como se recoge en el ya mencionado “Llamamiento a los gobiernos” y se ha registrado ampliamente en la publicación conjunta The Global Ocean Grab , la introducción de la Pesca Basada en Derechos sembraría el caos en las comunidades costeras, puesto que el proceso de privatización beneficiaría sólo a una pequeña élite despojando de sus recursos a la mayoría de personas. Utilizando una retórica “estratégicamente benigna”, la Iniciativa ha imitado las tácticas de iniciativas anteriores a nivel global, tal como explica el colectivo tras The Global Ocean Grab: “Algunos organismos de gran importancia que están allanando el terreno para el acaparamiento de océanos han adoptado un lenguaje basado en los derechos humanos y sostienen que sus iniciativas de reforma se basan en la necesidad de […] erradicar la pobreza. No obstante, numerosos ejemplos en todo el mundo muestran que los principios subyacentes que guían estos procesos de reforma se basan en una fe ciega en […] soluciones que entran en conflicto directo con los deseos y exigencias de las organizaciones de representación de la sociedad civil.” La Iniciativa confía ciegamente en la Pesca Basada en Derechos, que aboga por la privatización de los recursos marítimos como la panacea para todos los problemas relacionados con el medio ambiente y con la reducción de la pobreza. Sin embargo, tal como la revista Development Today del Banco Mundial publicó en marzo de 2015 en relación con el fin de la Alianza Mundial a favor de los Océanos, este enfoque está empezando a cuestionarse:
“A pesar de las numerosas discusiones entre el banco [Banco Mundial] y Noruega, que dieron lugar a algunos cambios, tanto el organismo de ayuda Norad como el Instituto Noruego de Investigación Marina dieron su aprobación al proyecto.”
“Anteriormente, el World Forum of Fisher Peoples… había solicitado a los gobiernos que abandonasen la Alianza.”
“La opinión de Norad fue que la Alianza probablemente no ayudaría a reducir la pobreza [enfatizado]…”
La introducción de la Pesca Basada en Derechos en los países señalados y en cualquier otro lugar entraría en conflicto con el contenido de las Directrices PPE, que destaca la necesidad de un enfoque basado en los Derechos Humanos como herramienta principal para reducir la pobreza. En este contexto, también nos horroriza la declaración de la Iniciativa de querer implementar las Directrices PPE, cuando las políticas que van a introducirse se centran claramente en priorizar los intereses del sector privado y/o reducir los problemas medioambientales, contradiciendo, por tanto, las Directrices PPE. Teniendo esto en cuenta, hemos rechazado la invitación para formar parte de la junta directiva de la Iniciativa. Aceptar la invitación cuando el contenido de la Iniciativa ya está claramente definido solo daría legitimidad a las políticas de Pesca Basada en Derechos contra las que hemos luchado durante tantos años. Hubiera sido un duro golpe para la implementación de las Directrices PPE, algo que nosotros seguimos defendiendo.