julio 12, 2021
Como resultado de la Asamblea General Virtual del Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (IPC), realizada digitalmente los días 21 y 28 de abril, 11 y 18 de mayo de 2021, la siguiente declaración representa las opiniones de lxs pequeñxs productorxs de alimentos y organizaciones de trabajadorxs rurales y movimientos sociales de base comunitaria que forman parte de la plataforma del CIP: «Nosotros, les representantes de les campesinos y les agricultores familiares, les sin tierra, las mujeres y les jóvenes rurales, les pescadores y les trabajadores de la pesca, los trabajadores agrícolas, les cazadores y les recolectores, les pastores y les ganaderos, los pueblos indígenas y les consumidores de alimentos de todo el mundo, todos ellos miembros del CIP, nos hemos reunido virtualmente para avanzar en nuestra lucha por la soberanía alimentaria y la agroecología. Esta asamblea general virtual marcó un momento clave en nuestro compromiso. Esta fue nuestra primera asamblea general que no pudimos celebrar físicamente con nuestros compañeros y compañeras, hermanas y hermanos. Estas modalidades virtuales no son el mérito de una tecnología innovadora, sino la consecuencia de la pandemia catastrófica causada por el abuso del patriarcado capitalista y sus industrias extractivas sobre nuestros ecosistemas, nuestras sociedades y nuestras vidas. En estos tiempos revueltos, las instituciones del mundo financiero e industrial, incapaces y sin voluntad de aprender, recuperar y mejorar de sus errores históricos, están criminalizando y reprimiendo con sangre las legítimas luchas de los pueblos por el acceso a los recursos y por los derechos humanos inalienables. Nosotros, el CIP, sabemos que detrás del grotesco impulso por más digitalización y más innovación, está el crudo ataque del sector financiero, privado e industrial por el acaparamiento del capital, de los recursos, de los océanos y de la tierra. Se ha demostrado que los sistemas alimentarios locales resilientes alimentan, dignifican y curan a la humanidad y a la naturaleza; pero, en lugar de avanzar hacia la transformación necesaria, las élites siguen ampliando su distancia con lo vivo. Aunque las clases dominantes del capitalismo se benefician de la desigualdad, la opresión y la muerte, y se esconden detrás de sus privilegios y de la codicia(avidez?) del sistema que han creado, el camino hacia la transformación necesaria es tan sencillo como revolucionario: la redistribución de los recursos y la tierra al pueblo, la desmercantilización de los alimentos y el respeto de los derechos humanos. Sabemos que no somos los únicos que nos oponemos a este statu quo mortal. La soberanía alimentaria y la agroecología son prácticas transformadoras fundamentales para los sistemas inclusivos, justos y resilientes. Por lo tanto, nuestra lucha por la transformación sistémica progresiva debe ser interseccional y coordinada dentro de las fuerzas aliadas. Esta primera asamblea general virtual se convirtió así en una oportunidad para adoptar una nueva estrategia que va más allá de los límites de las instituciones agrícolas y alimentarias y de la lucha por la soberanía alimentaria y la propia agroecología. Para ello, lanzamos un proceso de convergencia abierto, inclusivo, representativo y popular con otros movimientos que luchan por la justicia ambiental y social. Nos involucramos en estrategias colectivas para proponer la Soberanía Alimentaria y una visión renovada de las sociedades basadas en la soberanía alimentaria y popular, así como vías para el cambio transformador, al tiempo que hacemos frente al capital global. Reclamamos el espacio público como espacio colectivo donde podemos reunirnos, intercambiar, aprender y apoyarnos. El CIP está lanzando un proceso hacia el Encuentro Mundial de Soberanía Alimentaria de Nyéléni sobre soluciones basadas en la soberanía alimentaria para un cambio transformador, con nuestros aliados para la justicia social y medioambiental. Mientras tanto, somos conscientes de que la financiación de los movimientos sociales está disminuyendo y de que nuestros espacios institucionales legítimos de participación se están reduciendo: las empresas y las fundaciones filantrópicas están aumentando su influencia política sobre las agendas de la ONU y de la FAO, mientras que los Estados miembros están abandonando progresivamente sus funciones, marginando a las instituciones multilaterales de facto y legitimando el cambio de un sistema de gobernanza multilateral a uno de múltiples partes interesadas. En este contexto, las organizaciones miembros del CIP representan un activo clave para la experiencia de la FAO, el seguimiento local y la implementación de programas, y nuestra colaboración debe articularse en todos los espacios donde podemos y debemos tener el impacto más relevante en su lucha por apoyar la soberanía alimentaria, la agroecología y los pequeños productores de alimentos. Por lo tanto, el CIP reafirma con fuerza su compromiso de trabajar en colaboración con la sede central y las oficinas regionales de la FAO. El CIP expresa su deseo de comprometerse con más impulso con el Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar (UNDAF) y reafirma su compromiso de defender y promover el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de las Naciones Unidas con su Mecanismo para la Sociedad Civil y los Pueblos Indígenas (MSC), y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), así como su voluntad de trabajar con otras agencias con sede en Roma (RBA) y en otros espacios institucionales y estratégicos. En este contexto, el CIP se une al MSC y a otros actores críticos contra la amenaza que supone la Cumbre de los Sistemas Alimentarios de la ONU de 2021. Por lo tanto, el CIP apoya la contra-cumbre del MSC en Roma en julio de 2021 y unirá sus fuerzas para denunciar el intento de las corporaciones de cooptar los espacios internacionales de políticas alimentarias y agrícolas, los movimientos sociales, sus personas y su lenguaje. Además, el CIP denuncia la organización de espacios privados no democráticos paralelos para desvincular y subvertir el sistema multilateral representado por los RBA y el MSC. Para garantizar que nuestras voces de base(grassroot) se escuchen y que se tenga en cuenta nuestras experiencias en la toma de decisiones, combinaremos nuestras luchas a nivel mundial con una mayor atención a la gobernanza a nivel local, nacional y regional. Para hacer frente a estos retos, nos comprometemos a mejorar la comunicación dentro y entre nuestros movimientos. Por último, nos solidarizamos y rendimos homenaje a las luchas y sufrimientos de les campesinos indios, del pueblo colombiano y del pueblo palestino. Luchamos juntos contra la opresión neoliberal, neocolonial y racista, la limpieza étnica y todas las formas de represión brutal a las que se enfrentan estos pueblos y comunidades que luchan por sus derechos y por un futuro justo para la naturaleza, para nosotros y para las generaciones futuras. Poder para el pueblo y soberanía alimentaria, ¡ya!»